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sábado, 2 de septiembre de 2017

Sobre el alabar y el culpar

 El seglar Atula, que tenía 500 seguidores, los llevó a todos al monasterio para escuchar el Dharma.

Se
encontraron por primera vez con el Ven. Revata que se deleitaba en la
soledad. El Ven. Revata ni siquiera pronunció una sola palabra.

Extremadamente
decepcionado, Atula y su séquito fueron a ver al Ven. Shariputra y se
quejó. Como resultado, el sabio Shariputra inmediatamente les expuso con
gran detalle el Abhidharma. Desafortunadamente, Atula no pudo
comprender los profundos principios.
Extremadamente decepcionado, se quejó al Ven. Ananda. El erudito Ananda les habló brevemente del Dharma.

Todavía
enojado, Atula fue a ver al Honrado por el Mundo que le preguntó:
“Discípulos laicos, ¿por qué habéis venido?” Atula respondió: “Para
escuchar el Dharma”.

"¡Pero habéis oído el Dharma!"

“Su
Reverencia, primero fuimos al Ven. Revata que no dijo nada.
Contrariados, fuimos al Ven. Shariputra quien expuso las enseñanzas
extensamente pero no pudimos entender. Así que nos acercamos al Ven.
Ananda quien solo expuso el Dharma brevemente. Estamos muy decepcionados
y es por eso que vinimos a verle”.

El Buda respondió: “Desde los
días de antaño hasta el presente, los hombres siempre han culpado al
que no decía nada, al que decía demasiado y al que decía poco. En
realidad, no hay nadie que merezca la culpa exclusiva y nadie que
merezca elogios incondicionales. Incluso los reyes son elogiados por
algunos y censurados por otros. Incluso los Budas son alabados por
algunos y criticados por otros. Porque el elogio y la culpa de los
tontos son irrelevantes. Pero si el sabio alaba (o censura) a un hombre
después de una observación cuidadosa, entonces es alabado o censurado de
verdad”.

* * * * *

A los ignorantes les gusta elogiar o
culpar a los demás, quizás por celos o porque los hace sentir superiores
o importantes. Por eso debemos ser astutos e ignorarlos en lugar de
ayudar a difundir el chisme.

Los sabios alaban o culpan a otros
para ayudarlos a cultivarse. Por lo tanto, debemos mostrar gratitud
corrigiendo nuestros defectos y haciendo aún más el bien.