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sábado, 31 de marzo de 2018

Sabiduría y humanidad

Confucio le preguntó a su discípulo ZiLu: “¿Qué clase de hombre tiene sabiduría? ¿Qué clase de hombre es humano?

ZiLu
respondió: “Un hombre sabio sabe cómo hacer que los demás te conozcan.
Una persona humana sabe cómo hacer que los demás te amen”.

Confucio dijo: "Con seguridad eres un hombre instruido".
Confucio luego le preguntó a su discípulo ZiGong: “¿Qué clase de hombre tiene sabiduría? ¿Qué clase de hombre es humano?

ZiGong respondió: “Un hombre sabio conoce bien a los demás. Una persona humana sabe cómo amar a los demás”.

Confucio dijo: "Con seguridad eres un hombre instruido".

Confucio le preguntó a su discípulo YanHui: “¿Qué tipo de hombre tiene sabiduría? ¿Qué clase de hombre es humano?

YanHui respondió: “Un hombre sabio se conoce a sí mismo. Una persona humana se ama a sí misma”.

Confucio dijo: "Con seguridad eres un hombre superior".
 
* * * * *
 
El
conocimiento y la sabiduría mundanos enfatizan el desarrollo de
talentos y conocimientos para el beneficio personal, en última
instancia, para servirse a uno mismo. Ese es el nivel de ZiLu y ZiGong.

En
comparación, el hombre superior valora el camino de la virtud y los
principios que exigen la capacidad de conocerse y amarse a sí mismo.
Conocerse a uno mismo es aceptar los propios defectos y limitaciones.
Entonces uno puede ayudarse más eficazmente a sí mismo y a los demás.
Amarse a uno mismo es tener respeto propio y valorar la rectitud. De esa
manera uno puede evitar hacer el mal y por lo tanto hacer sólo el bien.
Como resultado, deja un buen nombre para sí mismo y para las
generaciones futuras.

Aunque Confucio enseñó a sus discípulos
usando la misma lección, su comprensión difería debido a sus capacidades
intelectuales personales.

jueves, 1 de marzo de 2018

El cultivo

Los antiguos enseñaban:

Al ver a una
persona superior, uno debe imitarla. Al ver a una persona inferior, uno
debe examinarse a sí mismo para hacer correcciones.

Debemos hacer todo lo posible para reforzar nuestra rectitud y deshacernos de nuestras faltas.

Quienes
nos critican apropiadamente son nuestros maestros; aquellos que nos
elogian apropiadamente son nuestros amigos; y los que nos halagan son
nuestros enemigos.
Es por eso que el hombre superior respeta mucho a
sus maestros, valora a sus amigos, detesta a sus enemigos y nunca
escucha lo suficiente acerca de los verdaderos principios. Si se siguen
estas instrucciones, uno no puede evitar lograr el éxito.
 
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Si alguna vez se preguntó cómo enseñar a sus hijos, use lo anterior como modelo para el éxito en la vida.

Además, enséñeles a ayudar a los demás para reducir el egoísmo y tener una vida más significativa y con un propósito.