Confucio le preguntó a su discípulo ZiLu: “¿Qué clase de hombre tiene sabiduría? ¿Qué clase de hombre es humano?
ZiLu
respondió: “Un hombre sabio sabe cómo hacer que los demás te conozcan.
Una persona humana sabe cómo hacer que los demás te amen”.
Confucio dijo: "Con seguridad eres un hombre instruido".
Confucio luego le preguntó a su discípulo ZiGong: “¿Qué clase de hombre tiene sabiduría? ¿Qué clase de hombre es humano?
ZiGong respondió: “Un hombre sabio conoce bien a los demás. Una persona humana sabe cómo amar a los demás”.
Confucio dijo: "Con seguridad eres un hombre instruido".
Confucio le preguntó a su discípulo YanHui: “¿Qué tipo de hombre tiene sabiduría? ¿Qué clase de hombre es humano?
YanHui respondió: “Un hombre sabio se conoce a sí mismo. Una persona humana se ama a sí misma”.
Confucio dijo: "Con seguridad eres un hombre superior".
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El
conocimiento y la sabiduría mundanos enfatizan el desarrollo de
talentos y conocimientos para el beneficio personal, en última
instancia, para servirse a uno mismo. Ese es el nivel de ZiLu y ZiGong.
En
comparación, el hombre superior valora el camino de la virtud y los
principios que exigen la capacidad de conocerse y amarse a sí mismo.
Conocerse a uno mismo es aceptar los propios defectos y limitaciones.
Entonces uno puede ayudarse más eficazmente a sí mismo y a los demás.
Amarse a uno mismo es tener respeto propio y valorar la rectitud. De esa
manera uno puede evitar hacer el mal y por lo tanto hacer sólo el bien.
Como resultado, deja un buen nombre para sí mismo y para las
generaciones futuras.
Aunque Confucio enseñó a sus discípulos
usando la misma lección, su comprensión difería debido a sus capacidades
intelectuales personales.