Los padres se pueden clasificar según tres criterios:
Nivel de moralidad: esto determina su fuerza.
Capacidad de concentración: esto afecta a su productividad.
Comprensión del sentido de la vida: que define el rumbo de sus vidas.
Quienes
cumplan cualquiera de los tres anteriores serían buenos padres. Pueden
proporcionar buenas pautas para el éxito en la vida de sus hijos.
Cumplir
dos cualesquiera de los tres anteriores clasificaría a los padres como
muy buenos. Sus hijos tendrán mayores posibilidades de éxito y
satisfacción en la vida.
Los padrees que cumplan con los tres
criterios anteriores serían excelentes padres. Pueden servir como
modelos superiores a seguir para sus hijos, quienes se convertirán en
pilares de la sociedad.