Los antiguos decían lo siguiente:
Los cielos no pueden hacer que las flores florezcan si no es su estación. Por eso, los sabios observan los tiempos propicios. La Madre Tierra no puede cambiar las estaciones. Por eso, los sabios no violan las tradiciones. Incluso los sabios no pueden andar con sus manos o asir cosas con sus pies. Por eso los sabios deben conocer sus limitaciones.
Y los sabios no pueden hacer que los peces vuelen o las aves naden. Por ello, los sabios deben respetar las limitaciones de los demás. Así pues, la gente sabia sabe cuándo avanzar, cuándo retroceder; cuándo ser claro, cuándo ser impreciso. Uno no debería ser inflexible.
Las personas con la mente clara y las personas sabias pueden ver más lejos y con mayor amplitud (el cuadro completo). Esto es desde el punto de vista teórico.
Sin embargo, en el budismo existe el concepto de la "obstrucción de lo que es conocido": es su propia inteligencia, conocimiento o sabiduría lo que le obstruye y le impide.
En este caso, el camino más rápido para resolver la situación es seguir las instrucciones de su Buen Consejero Conocedor.
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domingo, 1 de noviembre de 2020
¡No sea tan inflexible!
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