Buscar este blog

lunes, 1 de agosto de 2016

Suspiros

 Picture Un importante funcionario suspiraba a menudo, incluso durante su tiempo libre. Uno de sus discípulos le preguntó por qué.

El funcionario dijo: “Deseo que todas las naciones se lleven bien entre sí para que podamos acabar con todas las armas de destrucción. También deseo que los grandes hombres entrenen a más grandes hombres para que los pequeños hombres restantes no tengan más remedio que retirarse y desaparecer".

"Deseo que los hombres puedan encontrar esposas y las mujeres puedan encontrar maridos para que todos estemos contentos y vivamos en armonía. Deseo que la gente trabaje duro para que las cosechas anuales sean abundantes y que no haya más hambre. También deseo que todos hagamos el bien y nos inclinemos hacia el bien para que las enseñanzas de nuestros antepasados no hayan sido en vano…

Tengo muchos deseos de este tipo, pero ninguno se ha hecho realidad. Es por eso que a menudo suspiro”.

*****

¿Por qué no desear que todos nuestros dedos sean igualmente largos para que no haya la más mínima posibilidad de que puedan estar celosos el uno del otro?

¿Por qué no desear que las mujeres se conviertan en hombres o viceversa para que no haya más discriminación de género?

Desde la perspectiva de la meditación Mahayana Chan este importante funcionario parece sufrir de excesivos pensamientos falsos .

Si no hubiera problemas, ¿cómo podría haber grandes inventos o mejoras? Si no sintiéramos la necesidad de devanarnos los sesos para resolver un gran problema, ¿cómo podríamos adquirir sabiduría real?

De hecho, cada problema es en realidad una gran oportunidad para que la humanidad esté a la altura de las circunstancias. Por eso el Buda dijo que la aflicción es Bodhi.

La próxima vez que tenga un problema, deshágase de la negatividad. En su lugar, examine la situación con calma y resuélvala como un ser humano real.