Un gran general creía en seguir las siguientes proposiciones con respecto a las cuatro disonancias:
Cuando el país está desarmonizado, no debemos enviar el ejército a la guerra.Cuando el ejército no es armonioso, no debemos enviarlo a la batalla.
Cuando el ejército no está en armonía en el frente de batalla, no debemos avanzar en la batalla.
Mientras avancemos contra el enemigo y haya armonía no debemos luchar hasta el final.
Por
lo tanto, el gobernante debe asegurarse de que la sociedad sea
armoniosa para lograr grandes empresas y no debe contar únicamente con
un solo individuo. Si la gente cree que sus líderes tienen buenos
conocimientos y han hecho sus deberes exhaustivamente (además de valorar
la competencia y apreciar las vidas humanas), entonces el público en
general no dudará en darlo todo para servir.
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Incluso
dentro del budismo, hay mucho énfasis en la armonía en la sangha
mediante el Dharma de las Seis Armonías (1. Con armonía en el karma del
cuerpo, se mora; 2. Con armonía en el karma de la boca, no se lucha; 3.
Con armonía en la mente, se es feliz ; 4. Con armonía en los preceptos,
se practica; 5. Con armonía en los puntos de vista, se comparte el mismo
entendimiento; 6. Con armonía en los beneficios, se comparte por
igual.)
En esta era del final del Dharma, si deseamos propagar el
Mahayana, debemos formar una sangha competente y al mismo tiempo crear
armonía entre ellos o, de lo contrario, el Mahayana no prosperará.